La Frontera

Cruzar la frontera fue muy difícil. Mi familia y yo salimos de nuestro país por más oportunidades. No vivimos la mejor vida en casa. No teníamos dinero para que un coyote nos acompañara. Teníamos un poco de comida y agua. Solo teníamos suficientes pertenencias personales para llevar en nuestra espalda. Teníamos mucha sed y estábamos cansados, pero sabíamos que teníamos que seguir adelante. Cuando llegamos a la frontera nos sentimos aliviados, pero luego nos ubicaron en centros de detención sin un final a la vista.