la frontera

Los peligros de cruzar la frontera se volvieron muy reales cuando mi familia y yo acordamos hacerlo. A menudo escuchamos las historias de personas que murieron, o fueron capturadas, robadas o enviadas a su país, y todo eso se vuelve real en el momento en que nos encontramos con los coyotes. Hace diez años mi familia y yo nos arriesgamos. Fue muy dificil fue impotante que nos escondiéramos en el maletero. Le contó el camino a mi padre y nos dio dos botellas de agua. Dijo que llevaría cuatro días y tres noches, luego nos dejó allí en el desierto caluroso. Caminamos por varios días muchas horas sin parar, el día era caluroso y las noches frías. La tercera noche nos quedamos sin la comida que teníamos y toda el agua. Por la noche escuchamos a los animales haciendo ruido que nos asustaría a mí ya mi hermano. No pensé que lo lograríamos. Mi mamá nos hizo orar por la protección de Dios.